A finales del siglo XIX, en una época en la que los proyectos agrícolas eran impulsados por caballos, los agricultores de California conocieron nuevas y mejores maneras de hacer el trabajo. Inspirado por la innovación en transporte, Benjamin Holt inventó un tractor a vapor en 1890 para que los agricultores pudieran trabajar y ser más productivos durante más tiempo y de forma más barata que con los caballos. A medida que la maquinaria impulsada a vapor ganó aceptación en las aplicaciones agrícolas, Holt continuó innovando a fin de responder a los desafíos de los clientes. Las ruedas de los gigantescos vehículos behemoth a vapor creados por su empresa se hundirían en el blando suelo californiano. Para resolver este problema, Holt puso cadenas en uno de sus viejos tractores de ruedas en 1904, y nació la primera verdadera "Caterpillar" (oruga en inglés).
Mientras que Holt era famoso por el desarrollo de las primeras máquinas de cadenas comercialmente exitosas, su competidor C.L. Best Tractor Company tomó un enfoque diferente y respondió a las necesidades de los clientes centrándose en tecnología de gasolina. Gracias a sus mejoras tecnológicas, los productos eran más fiables y contaban con un mejor rendimiento. El mejor diseño del tren de rodaje revolucionario estaba tan adelantado a la época que algunas de sus características continúan en el ADN de los tractores Caterpillar.